Mi cabello siempre ha sido parte importante de mí. Siento que define, no solo cómo me veo, sino mi personalidad. En él hay historias, pensamientos, lugares recorridos y caricias.
Hace ya 8 años que no veía lo que estaba bajo él, mi cuero cabelludo, o de una u otra manera, yo. Por eso quice hacerle una carta:
Cuando estaba pequeño se reían de mí por tu culpa: "Tego", "micrófono", "Bob Patiño", pero con el tiempo aprendí a quererte y a sobrellevar las burlas. Fue allá en el 2012 cuando decidí darte cuerda suelta, dejarte crecer como quisieras, solo puliéndote casi como cuando se cultiva una planta. Aprendí a cuidarte, fue un proceso de unos cuantos años, pero al final nos conocimos mutuamente.
Fuiste querido y amado, no solo por mí, sino por otros y otras, aunque yo siempre te cuide con recelo. Vivimos tristezas, rabias y alegrías juntos. Nos aguantamos y nos damos forma. Eras y eres importante para mí. Por eso hoy que te corto, no es por "cerrar un ciclo", no es por ser una "nueva persona", no es para "dejar atrás las tristezas".
Todo se resume en que quiero aprender a soltar, incluso a ti. A no tener miedo de no tenerte y que eso me haga una persona diferente. Quiero saber que no dependo de ti para tener una identidad y saber que sigues siendo mío, y que como en el 2012, eres una decisión mía.
Igual seguís siendo parte de mí.
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- Sábado 18 Abril 2020
- Publicada el
- Domingo 21 Junio 2020
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