Gracias a la soledad de la calle y la disminución ostensible del ruido. Unas palomitas arroceras hicieron su nido en el ciprés del jardín, y el pequeño pichón, que empezaba a aprender a volar decidió tomar un descanso en el marco de nuestra ventana. Por supuesto nuestros gatos, estuvieron muy interesados en ese visitante inesperado.
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- Martes 5 Mayo 2020
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