Finalmente, mi madre. Los ojos cerrados porque la negación es una de las emociones del duelo. Es muy doloroso ver los objetos de tan gratos recuerdos reducidos a cenizas. El esfuerzo de años en pareja, en familia desvanecidos en humo por el descuido de personas a las que ni una gota de sudor les costó. En fin, sólo me llena de fuerza la esperanza de que éste relato que aún no termina, sea, en el futuro, un ejemplo de resiliencia. Como lo fue mi padre y lo ha sido mi madre. La historia continuará…
- Creada el
- Jueves 12 Septiembre 2019
- Publicada el
- Lunes 14 Octubre 2019
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