Estas fotos fueron tomadas en mi casa en el municipio de La Calera, Cundinamarca, Colombia. Quería reflexionar sobre la obsolescencia de la fotografía analógica, los álbumes y las fotos impresas como estas nos hacen contemplar la forma en que la tecnología redefine nuestras vidas. Utilicé una cámara digital cuyo sensor es netamente monocromático, profundizando el detalle y la pureza de la imagen. La nostalgia por lo tangible choca con la comodidad digital, el uso del blanco y negro como una emulsión antigua. Recordamos momentos con álbumes llenos de historias. Historias anónimas, de personas que dejaron su huella, su imagen perdurará mientras alguien cuide del tiempo aquellos pedazos de papel, con el retrato de su amada. La fragilidad de las fotos impresas refleja la efímera naturaleza de la memoria. La fotografía analógica requiere paciencia y habilidad, un contraste con la inmediatez digital. Apreciamos la calidad única de las imágenes analógicas. La obsolescencia nos invita a valorar lo perdido y a adaptarnos a lo nuevo. Cada foto impresa es una huella en el tiempo. La innovación avanza, pero el pasado perdura en estas reliquias.
- Creada el
- Jueves 28 Septiembre 2023
- Publicada el
- Lunes 2 Octubre 2023
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