A las afueras de la estación La Sierra del Metrocable, dos niños pasaron corriendo y me invitaron a volar sus cometas. Una logró elevarse rápidamente, mientras que la otra por estar dañada no pudo volar. Sin embrago, los niños no tuvieron problema en compartir entre ellos y conmigo la cometa que pudo volar.
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- Jueves 12 Octubre 2017
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