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Oscar H. Arcila

Un alma pintada de luz.JPG Miguel Angel PradaMiniaturasJaime Alberto Toro

Un alma pintada de luz

Medellín no solo son edificios, calles, semáforos y montañas; está ciudad, también son sus personas dentro y fuera de su casa, pero, ¡sobre todo!, Medellín es lo que hacen aquellas personas que la habitan: sus gestos, sus maneras de caminar, sonreír, ayudar e inspirar. Es por esa razón que los retratos de aquellos seres que viven su día a día en la ciudad (en un cuarto, en un centro comercial, en una casa, en su trabajo) son una parte fundamental la reconstrucción de este espacio urbano. Así, “Un alma pintada de luz” es un retrato de la señora Adela Pastor (más conocida como Adelita), una madre, abuela, artesana, modista, actriz y líder de un grupo de adultos mayores. Adelita, como la llaman sus amigas, ha sido nominada en dos ocasiones como mejor adulto mayor de la ciudad debido a su interés social, más que todo enfocado en las personas marginadas. Entre las diversas actividades que realiza junto a su grupo de adultos mayores (Club de vida), se encuentra un Sainete en el que se disfraza de payaso, en compañía de sus amigos, y va a diferentes penitenciarías de la ciudad a llevar sonrisas, cariño y mucho amor. Por esa razón la fotografía simboliza esa relación con la esperanza, la alegría y la calidez ciudadana; del mismo modo, la imagen presenta a los adultos mayores como una base muy importante en el legado histórico y cultural de la ciudad.