No puedo respirar, no puedo respirar...
El llanto me ahogaba y el corazón se me partía del dolor.
¿Que tengo de malo yo?
¿Cuál es mi gran hamartia? El pensamiento se repetía en cada de nuevo respirar y me acompañaría por todos los días de mi vida.
Las rodillas rotas, los nudillos dolorosos y la cabeza ensangrentada.
Necesito respirar, debo de respirar.
Las agresiones siguieron... ¡Inútil, esqueletica, loca, rara, ciega! Bofetones y patadas, bofetones y patadas.
Quiero salir de aquí, quiero respirar.
El bullyng, el racismo, el espejismo, la xenofobia y todo tipo de discriminación. Casi siempre son producto de pensamientos narcisistas y de las ganas del ser humano de satisfacer su necesidad de superioridad y doblegar al prójimo por tener lo que a él le resulte molesto. Por ser diferente.
No normalicemos el maltrato verbal, mucho menos el físico.
Eduquemos a nuestros hijos con un ejemplo de igualdad, respeto y aceptación absoluto.
Eduquemos, aprendamos, aceptemos, culturicémonos y sobretodo...Respetemos.
Respetemos, para que no sigan sucediendo estos casos extremistas. Solo por alguien ser diferente.
En memoria de George. F.
-Jei
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- Sábado 6 Junio 2020
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