Mi suegra me regaló hace meses estas botas de lluvia; cuando empezó a llover la emoción de estrenarmelas fué genuina. Ahora son mis compañeras en estos días.
Mi suegra me regaló hace meses estas botas de lluvia; cuando empezó a llover la emoción de estrenarmelas fué genuina. Ahora son mis compañeras en estos días.